jueves, 20 de noviembre de 2008

Marcos Ana: "Una buena memoria histórica es la mejor vacuna para las nuevas generaciones".

Es el preso que más años pasó en cárceles franquistas. Entró con 19 años y salió con 42 .
A sus 88 años, 23 de ellos en cárceles franquistas, cuenta donde le quieran escuchar su historia. La de tantos españoles que se dejaron la juventud luchando por unos ideales y que ahora piden, principalmente, una cosa: memoria. Pedro Almodóvar quiere llevar su vida a la pantalla. http://www.elmundo.es/elmundo/2008/11/11/espana/1226395180.html

Da la impresión que mientras que el bando republicano luchaba por unos ideales, el bando nacional se dedicaba a matar.
Este es otro individuo que cuenta SU historia, o historieta, cuando la veamos llevada al cine por Pedro Almodóvar. Será otro título más que agregar a la ya cargada lista de películas manipuladas antifranquistas "sólo para rojos".
Memoria para todos. Los que lucharon en el bando nacional también tienen memoria.

Este individuo espeta: "Yo invito a los investigadores a que encuentren una frase de un dirigente de la República en la que se incitara a la masacre. No hay ni una."
Bueno, pues te voy a refrescar la memoria un poquito:

  • «Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano». Azaña, presidente de la República.
  • «¡Templad el ánimo para la batalla!». Largo Caballero, el Lenin español habla en Murcia.
  • «Ni heridos ni prisioneros: tiros a la barriga». Azaña. Casas Viejas.
  • «Si alguien quiere entregar el poder a las fuerzas reaccionarias, el pueblo español estará en el deber de levantarse revolucionariamente». Indalecio Prieto.
  • «¿Cuáles son las armas del capitalismo? El ejército, la guardia civil, las guardias de asalto, la policía, los Tribunales de justicia. Y, en su lugar ¿qué? Esto: el armamento general del pueblo». Largo Caballero.
  • «Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos». Largo Caballero.
  • «... la clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la Revolución». Largo Caballero.
  • «... la transformación total del país no se puede hacer echando simplemente papeletas en las urnas... estamos ya hartos de ensayos de democracia; que se implante en el país nuestra democracia». Largo Caballero.
  • «Si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución… tendremos que conquistarlo de otra manera». Largo Caballero.
  • Largo, entonces Ministro de Trabajo, ante la posibilidad de que las Cortes se disolviesen por no tener mayoría, amenaza: «Ese intento sólo sería la señal para que el PSOE y la UGT lo considerasen como una provocación y se lanzasen incluso a un nuevo movimiento revolucionario. No puedo aceptar la posibilidad, que sería un reto al partido, y que nos obligaría a ir a una guerra civil».
  • «Cuando el Frente Popular se derrumbe, como se derrumbará sin duda, el triunfo del proletariado será indiscutible. Entonces estableceremos la dictadura del proletariado, lo que… quiere decir la represión… de las clases capitalistas y burguesas». Largo Caballero.
  • «Hay que apoderarse del poder político; pero la revolución se hace violentamente: luchando, y no con discursos». Largo Caballero.
  • «El jefe de Acción Popular decía en un discurso a los católicos que los socialistas admitimos la democracia cuando nos conviene, pero cuando no nos conviene tomamos por el camino más corto. Pues bien, yo tengo que decir con franqueza que es verdad. Si la legalidad no nos sirve, si impide nuestro avance, daremos de lado la democracia burguesa e iremos a la conquista del Poder». Largo Caballero.
Esto es sólo una muestra de las lindezas de los dirigentes republicanos, que eran todos unos benditos, según Marcos Ana.

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