Ha nacido el niño Dios. Confío en que ningún gordinflón barbudo y vestido de rojo trate de quitarle el protagonismo a este día tan especial para los cristianos.
Espero que poco a poco la espiritualidad de este día triunfe sobre el consumismo de las grandes superficies, responsables, en gran medida, de la pérdida de los valores cristianos.
jueves, 25 de diciembre de 2008
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