Carteles y pegatinas para conseguir unas fiestas más respetuosas para todos.
Sin embargo, olvidan que son ellos los que hacen un circo sexual irreverente y falto de respeto, capaz de sonrojar a las mismísimas Sodoma y Gomorra, cada vez que celebran su dia del "Orgullo Gay".
Por otra parte, me gustaría recordar que, en carnavales y otras fiestas populares donde la gente se disfraza, no faltan los que se visten de monjas-prostitutas y se ridiculizan los más profundos valores cristianos.
A ver cuándo los cristianos nos animamos a denunciar este tipo de actuaciones y llamamos a las cosas por su nombre. Valentía. Tenemos que abandonar la mediocridad y pronunciarnos abiertamente.
Las palabras convencen, los ejemplos arrastran. Esto es algo que necesitamos y hemos de dar en la Iglesia.
3 comentarios:
Que les den... Si no les gusta, pista...
Me parece ridícula esa campaña habida cuenta que muchos gays se califican entre ellos como "maricones".
Aparte de que la palabra maricón es uno más de nuestros "inslutos cariñosos", como cabrón e hijoputa, que ya se dicen hasta como elogio.
Tanto pedir "avances" para la sociedad y luego no son capaces de entender el progreso de los vulgarismos...
Totalmente de acuerdo con la segunda parte del artículo: una cosa es el sentido del humor y otra muy distinta la humillación a la que continuamente se someten nuestros símbolos religiosos.
Resulta que son ellos, los maricones, los que tienen todo el rato esa palabra en la boca. Basta acordarse de los dos elementos del reality show "La casa de tu vida", y más recientemente a Ivan de OT, que concursa ahora en "Supervivientes". De cincuenta palabras que dicen, cuarenta y cinco es "maricón".
Dicho esto, no botar, pero tampoco rebotaros, maricones.
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