domingo, 3 de agosto de 2008

Algo falla.

De Juana fue condenado a más de 3.000 años de cárcel; en cuatro años asesinó a 25 personas. Sale definitivamente de la cárcel tras cumplir 21 años de prisión; ha cumplido menos de un año de cárcel por cada uno de sus asesinatos.
En 1998, en la prisión de Melilla, solicitó una botella de champán francés, una tarta y un kilo de langostinos para celebrar la muerte a tiros del concejal de Pamplona Tomás Caballero.
Ante otro asesinato de sus compañeros de armas, declaró que "sus lloros son nuestras sonrisas y terminaremos a carcajada limpia".

Sin duda alguna, algo falla. No encajan los 3000 años de cárcel a los que fue condenado, con los 21 que ha cumplido. Estamos hablando de un asesino despiadado y sanguinario, que no es capaz de mostrar arrepentimiento ni pedir perdón y que sale a la cale, que no debería pisar nunca, con el mismo espíritu asesino que lo caracteriza. Jack el destripador estaría contento por que, con sus cinco víctimas atribuidas, habría pasado por la cárcel de visita. Sólo la quinta parte de víctimas que De Juana y fue el hombre más perseguido en Londres en la segunda mitad de 1888.
Algo falla.
¿3000 años de cárcel?, si es difícil que alguien pueda llegar a los 100 de vida. Por contrapartida va y sólo cumple ¡21 de 3000!. Cuando hace contínuamente apología del terrorismo, incita a la violencia y se ríe de las víctimas y de su sufrimiento, nos preguntamos todos: ¿no merece este energúmeno una pena mayor?, ¿ha pagado sus crímenes con 21 años de prisión?, ¿es justo que no llegue a cumplir ni un año por víctima?.
Algo falla.

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