Detienen a los integrantes de una red de pornografía infantil, entre los que se encontraba un sacerdote. Enseguida saltan las alarmas y los ataques a la Iglesia Católica.
¡Señores, que también había un fontanero! ¿Nos metemos contra el gremio de fontaneros?
O por el contrario, ¿pensamos que son personas individuales y que no representan a los colectivos a los que pertenecen?
Estoy cansado de oír calumnias en contra de los inmigrantes, de la Iglesia Católica, del Ejército y de otras instituciones. Todos somos seres humanos, con nuestras virtudes y defectos, con nuestros aciertos y errores. Pero generalizar a todos los inmigrantes, a todos los miembros de la Iglesia Católica, a todos los miembros del Ejército, etc., por el comportamiento de uno o varios de sus miembros, me parece demagogia barata.
Si hiciésemos caso de esos charlatanes, pensaríamos que todos los curas son maricones o pedófilos, que si te coge la Guardia Civil te va a dar una paliza de muerte, que cualquier inmigrante es un asesino o violador o prostituta en potencia y un sinfín de majaderías propagandistas más que este tipo de gentuza se inventa.
Yo veo siempre lo positivo de todos ellos y, francamente, me parece que es mucho más enriquecedor.
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