Hay dos tipos de homosexuales: los enfermos mentales (aunque la OMS no lo quiera reconocer todavía), a los que hay que ayudar psiquiátricamente para integrarlos en la sociedad; y los depravados sexuales, que no merecen ninguna consideración. Estos últimos deben ir a la cárcel de por vida.
Por esto, y por que defiendo a ultranza la sagrada institución de la familia, estoy en contra de los matrimonios entre homosexuales y de que éstos se puedan hacer cargo de ningún niño en modo alguno.
- La naturaleza y el derecho imponen que un niño deba tener un padre y una madre, salvo por accidente o desgracia.
- La adopción no es un derecho de la pareja a tener un niño, casi como si fuera una mascota, sino el derecho del niño a tener un padre y una madre.
- Un matrimonio homosexual es un contrasentido, pues la necesidad del matrimonio sólo puede entenderse como medio para formar una familia y mantener la especie.
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