domingo, 13 de julio de 2008

Autores catalanes, gallegos y vascos dicen que la iniciativa por la lengua común remite a "tesis franquistas".

Ver noticia en Libertad Digital: Autores catalanes, gallegos y vascos dicen que la iniciativa por la lengua común remite a "tesis franquistas" y preparan un contramanifiesto.

No me cansaré de ver las bondades del franquismo, entre las que se encuentra la defensa de la lengua común, en contra de los separatismos balcanizantes.

En tiempos de Franco, uno podía recorrer toda España hablando el idioma español, su idioma y entenderse con todos.
Hoy es un idioma perseguido y sólo lo puedes utilizar en ciertas zonas castellanoparlantes y en el extranjero, donde está muy extendido. Pero no se te ocurra hacerlo en ciertos rincones de la península, como Cataluña, Vascongadas, etc., por que vas a ser víctima de acoso y discriminación.
Hablar en castellano con estos Nazis es como presentarse ante Hitler y decirle: soy judio.

Esto me lleva a la conclusión de que con Franco se gozaba de una libertad y una unidad que hoy no existen.

Por otra parte diré que, por más que les pese a muchos, todas nuestras lenguas son españolas: vasco, gallego, catalán, etc.. Pero sólo una de ellas terminaría siendo el español por antonomasia: el castellano, un dialecto del latín que asomó la cabeza hacia el siglo X, se extendió por la península y acabaría siendo la lengua general de España.
En la España de los visigodos, hacia el año 600 aproximadamente, se habla el latín, desde las aldeas hasta los palacios. El latín empezó a sufrir ciertas alteraciones, según los sitios, y surgieron las lenguas romances. A la altura de los siglos X y XI cualquier otro dialecto hubiera podido acabar siendo el español por antonomasia. Además había otra lengua autóctona, el vascuence, que no venía del latín, fragmentada en dialectos distintos.
Y es la gente del pueblo (y de la corte) la que convierte el castellano en lengua de intercambio, vale decir, en lengua general del país, que va imponiéndose por la fuerza del uso.

Así que, señores míos, no echen la culpa a Franco del uso de una lengua común, identificativa del país. Si tan demócratas quieren hacerse ver (aunque sabemos que son totalitaristas), hagan caso al pueblo español, que fue el que elevó al castellano como idioma oficial de España.

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