lunes, 7 de julio de 2008

Todos los conventos de España no valen la vida de un republicano.

“Todos los conventos de España no valen la vida de un republicano, si sale la Guardia Civil, yo dimito.”
Famosa frase pronunciada por un ministro (eso es lo que dirá Maura en el Parlamento; pero hoy sabemos que ese ministro fue Azaña).

La persecución religiosa comenzó con la misma República en mayo de 1931 (quema de iglesias y conventos), siguió con una legislación sectaria y discriminatoria de todo lo católico e incluso religioso, se intensificó con los sucesos de Asturias de 1934 y llegó al caos total tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, que sentó las bases para la rebelión del ejército y de una parte del pueblo contra una situación social insostenible. Después vinieron la guerra y la revolución, y la persecución se confundió con ambas y adquirió las características más crueles que ha conocido la historia de España y de la Iglesia.

"Yo creo que para un verdadero socialista, el enemigo principal no es el clericalismo, sino el capitalismo que en los presentes momentos históricos aparece esclavizando a los pueblos. Esto no obsta para que los socialistas hagan todo lo que puedan contra la preponderancia del clericalismo, que ha venido a ser, más o menos voluntariamente, según los países, un poderoso auxiliar de las clases explotadoras."
Declaraciones de Pablo Iglesias, 1902.

El Ministro de la Guerra, Azaña, afirma en la Cámara: «España ha dejado de ser católica. El problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica del pueblo español».
El Sol, 14 de octubre de 1931.

Artículos de la Constitución aprobada el 9 de diciembre de 1931:

- Art.1. España es una República […] Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo.

- Art.3. El Estado español no tiene religión oficial.

- Art.14. Son de la exclusiva competencia del Estado español la legislación y la ejecución directa en las materias siguientes […] 2.Relación entre las Iglesias y el Estado y régimen de cultos.

- Art.15. Corresponde al Estado español la legislación, y podrá corresponder a las regiones autónomas la ejecución, en la medida de su capacidad política, a juicio de las Cortes, sobre las siguientes materias […] 12.Socialización de riquezas naturales y empresas económicas, delimitándose por la legislación, la propiedad y las facultades del Estado y de las regiones.

- Art.26. Todas las confesiones religiosas serán consideradas como Asociaciones sometidas a una ley especial. El Estado, las regiones, las provincias y los municipios no mantendrán, favorecerán, ni auxiliarán económicamente a las Iglesias, Asociaciones e Instituciones religiosas. Una ley especial regulará la total extinción, en un plazo de dos años, del presupuesto del clero. Quedan disueltas aquellas órdenes religiosas que estatutariamente impongan, además de los tres votos canónicos, otro especial de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado. Sus bienes serán nacionalizados y afectados a fines benéficos y docentes. Las demás órdenes religiosas se someterán a una ley especial, votada por estas Cortes Constituyentes, y ajustadas a las siguientes bases:
1ª). Disolución de las que, por sus actividades, constituyan un peligro para la seguridad del Estado.
2ª). Inscripción de las que deban subsistir en un Registro especial dependiente del Ministerio de Justicia.
3ª). Incapacidad de adquirir y conservar, por sí o por persona interpuesta, más bienes de los que, previa justificación, se destinen a su vivienda o al cumplimiento directo de sus fines privativos.
4ª). Prohibición de ejercer la industria, el comercio o la enseñanza.
5ª). Sumisión a todas las leyes tributarias del país.
6ª). Obligación de rendir anualmente cuentas al Estado de la inversión de sus bienes en relación con los fines de la asociación. Los bienes de las órdenes religiosas podrán ser nacionalizados.

- Art. 27. La libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión quedan garantizados en el territorio español salvo el respeto debido a las exigencias de la moral pública. Los cementerios estarán sometidos exclusivamente a la jurisdicción civil. No podrá haber en ello separación de recintos por motivos religiosos. Todas las confesiones podrán ejercer sus cultos privadamente. Las manifestaciones públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno. Nadie podrá ser compelido a declarar oficialmente sus creencias religiosas. La condición religiosa no constituirá circunstancia modificativa de la personalidad civil ni política, salvo lo dispuesto en esta Constitución para el nombramiento de Presidente de la República y para ser Presidente del Consejo de Ministros.

- Art. 43. La familia está bajo la salvaguarda especial del Estado. El matrimonio se funda en la igualdad de derechos para ambos sexos, y podrá disolverse por mutuo disenso o a petición de cualquiera de los cónyuges con alegación, en este caso, de justa causa.

- Art. 48. El servicio de la cultura es atribución esencial del Estado, y lo prestará mediante instituciones educativas enlazadas por el sistema de la escuela unificada. […]. La enseñanza será laica, hará del trabajo el eje de su actividad metodológica y se inspirará en ideales de solidaridad humana. Se reconoce a la Iglesia el derecho, sujeto a la inspección del Estado, de enseñar sus respectivas doctrinas en sus propios establecimientos.


Ello provocó gran irritación entre las familias cristianas que sintieron profanada su fe y amenazada la educación de sus hijos. Miguel de Unamuno, ante esta determinación, manifestó:
“La presencia del crucifijo en las escuelas no ofende a ningún sentido ni aun a los de los racionalistas y ateos, y el quitarlo ofende al sentimiento popular hasta de los que carecen de creencias confesionales. ¿Qué se va a poner donde estaba el tradicional Cristo agonizante? ¿Una hoz y un martillo? ¿Un compás y una escuadra? ¿O qué otro signo confesional? Porque hay que decirlo claro y de ello tendremos que ocuparnos: la campaña es de origen confesional y claro de confesión anticatólica y anticristiana. Porque de neutralidad es una engañifa”.

9 de Noviembre de 1933, discurso de Largo Caballero, Ministro de Trabajo y posteriormente Presidente del Gobierno por el PSOE, durante la campaña electoral y publicado en el periódico "El Socialista":
“Se dirá: ¡Ah, ésa es la dictadura del proletariado! Pero ¿es que vivimos en una democracia? Pues ¿qué hay hoy, más que una dictadura de burgueses? Se nos ataca porque vamos contra la propiedad. Efectivamente. Vamos a echar abajo el régimen de propiedad privada. No ocultamos que vamos a la revolución social. ¿Cómo? (Una voz en el público: ‘Como en Rusia´). No nos asusta eso. Vamos, repito, hacía la revolución social… mucho dudo que se pueda conseguir el triunfo dentro de la legalidad. Y en tal caso, camaradas, habrá que obtenerlo por la violencia… nosotros respondemos: vamos legalmente hacia la revolución de la sociedad. Pero si no queréis, haremos la revolución violentamente (gran ovación). Eso dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil… Pongámonos en la realidad. Hay una guerra civil… No nos ceguemos camaradas. Lo que pasa es que esta guerra no ha tomado aun los caracteres cruentos que, por fortuna o desgracia, tendrá inexorablemente que tomar. El 19 vamos a las urnas… Mas no olvidéis que los hechos nos llevarán a actos en que hemos de necesitar más energía y más decisión que para ir a las urnas. ¿Excitación al motín? No, simplemente decirle a la clase obrera que debe preparase… Tenemos que luchar, como sea, hasta que en la torres y en los edificios oficiales ondee, no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista”.

Año 2008, diversos dirigentes del PSOE lo han confirmado en el Congreso que celebraron este fin de semana: el aborto libre, la legalización de la eutanasia y la imposición del laicismo serán las prioridades del Gobierno de los próximos meses.
Zapatero retoma las posturas que indujeron, en 1931, a ciertos sectores de la población a actuar con una violencia incontrolada contra religiosos, conventos y patrimonio, desencadenando lo que acabaría siendo la Cruzada más importante en la historia de España, después de la Reconquista.
Parece que las izquierdas de este país, derrochan todo su espíritu revanchista y guerracivilista, pasando por alto las verdaderas necesidades de la nación.
Si el pueblo no reacciona, volverá a repetirse la etapa más dura de la historia de España.


Recomiendo la lectura del libro "LA CRUZ, EL PERDÓN Y LA GLORIA", de Ángel David Martín Rubio, que viene con un documental en DVD. Tanto el libro, como el documental, no tienen desperdicio y aclaran bastante sobre la persecución religiosa en España durante la II República y la Guerra Civil.

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