lunes, 14 de julio de 2008

Provocación.

De Juana Chaos abandonará el próximo 2 de agosto el centro penitenciario de Aranjuez (Madrid), tras cumplir 21 años de reclusión de los 3.000 a los que fue condenado por sus veinticinco asesinatos al frente del comando Madrid de ETA.
El terrorista vivirá desde el próximo 2 de agosto en la Avenida Carlos I número 1, 3º-D, barrio de Amara, en San Sebastián. Una calle en la que en sólo 150 metros viven cinco víctimas del horror de la banda.
Esto sólo tiene un nombre: PROVOCACIÓN.

Me pongo en la piel de aquellas personas, víctimas directas o indirectas del terrorista, cruzandose con él, por la calle o la escalera de su casa y recordar lo que dijo en una de sus cartas enviadas desde la cárcel en el año 1998; el sanguinario etarra se refería así al asesinato del matrimonio Becerril en Sevilla: "Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabaremos a carcajada limpia. Esta última acción de Sevilla ha sido perfecta; con ella, ya he comido para todo el mes."

Desde 1985 hasta una de las desarticulaciones del grupo Madrid, la de enero de 1987, De Juana participó en 11 atentados terroristas en Madrid que costaron la vida a 25 personas. En junio de 1986 interviene junto a Esteban Nieto, Inés del Río, Inmaculada Noble, Antonio Troitiño, Soares Gamboa e Idoia López Riaño en el ametrallamiento contra un automóvil del Ejército de Tierra en el que resultaron muertos, el comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas, el teniente Coronel Carlos Besteiro Pérez, y el soldado Francisco Casillas Martín.
Un mes más tarde, el 14 de julio, volvía a verse implicado junto a los mismos miembros del Comando, en otro atentado, cuando al paso de un convoy de la guardia civil en la plaza de la República Dominicana de Madrid, hicieron estallar un coche bomba en el que perdieron la vida 12 guardias civiles y resultaron heridas sesenta personas.

Y, ¿a este "engendro" se le pretende dar la libertad?; libertad para seguir matando, claro, por que es lo único que sabe hacer. ¿Y los derechos de las víctimas?, ¿quién los atiende?.

Siempre me ha gustado la frase: "Es mejor exponerse a absolver a un culpable, que condenar a un inocente"; pero en el caso de este "engendro", culpable hasta la médula, sólo echo de menos los tiempos del paredón. "El que a hierro mata, a hierro ha de morir."

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