jueves, 10 de julio de 2008

El Guantánamo español.

Entre las páginas más atroces de la Guerra Civil destaca la "justicia" impartida por las Checas.

Los interrogatorios se encaminaban desde el principio a arrancar al reo alguna confesión sobre sus creencias religiosas o simpatías políticas, circunstancias ambas que servían para incriminarlo con facilidad.
En el curso de este interrogatorio, el acusado no disfrutaba de ninguna defensa profesional e incluso era común que se le intentara engañar afirmando que se poseía una ficha en la que aparecía su filiación política. Como mal añadido, se daba la circunstancia de que los reos eran juzgados de manera apresurada y masiva, lo que facilitaba, sin duda alguna, la tarea de los ejecutores, pero eliminaba cualquier sombra de garantía procesal.
Concluidos los interrogatorios, sin que se tomara acta de lo sucedido ni se procediera a la firma de la misma, se decidía la suerte de los acusados que, en su inmensa mayoría, eran condenados a muerte y asesinados de madrugada.
Las sentencias dictadas por los diferentes tribunales carecían de apelación, eran firmes y además de ejecución inmediata. A fin de ocultar las pruebas documentales de los asesinatos, éstos se señalaban en una hoja sobre la que se trazaba la letra L, igual que en el caso de las puestas en libertad, pero para permitir saber la diferencia a los ejecutores, la L que indicaba la muerte iba acompañada de un punto.
Una vez establecido el destino del reo, éste era entregado a una brigadilla de cuatro hombres bajo las órdenes de un «responsable». Todos los partidos y sindicatos del Frente Popular contaban con representación en las diferentes brigadillas. Sin embargo, ocasionalmente las tareas de exterminio encomendadas a estas unidades eran demasiado numerosas y entonces se recurría para llevarlas a cabo a los milicianos que prestaban servicios de guardia en el edificio de la checa.
En algunas ocasiones la razón fundamental de las detenciones -detenciones que concluían en fusilamientos- era meramente el robo; en otras ocasiones, la existencia de antipatías personales.
No faltaron igualmente los casos de asesinatos de grupos enteros de detenidos en claro preludio de lo que iban a ser las matanzas en masa de finales del año 1936. Así, el 28 y 31 de octubre de 1936 se llevaron a cabo dos sacas, en el curso de cada una de las cuales se procedió a asesinar a 70 personas por acusaciones como las de querer ser seminarista.

Artículo sacado de «Checas de Madrid. Las cárceles republicanas al descubierto» (Belacqva /Carroggio), del historiador César Vidal.


Y ahora nos vienen estos sociatas progres con la historia de Guantánamo, para decir: mirar que malos que son los yanquis.
No dudo que en Guantánamo hubiera errores, pero los reclusos eran sospechosos de terrorismo y asesinos fundamentalistas islámicos.
Las víctimas de las Checas, eran en su totalidad víctimas inocentes de la represión stalinista en España, tan aplaudida hoy por socialistas y comunistas.
A esto es lo que yo llamo ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio.
Se empeñan por activa y por pasiva, mediante los medios de comunicación, que son de su total propiedad, en vendernos, entre otras cosas, una imágen totalmente antiamericana, sin darse cuenta de que ellos han cometido errores mucho más graves.
Y los tratan de ocultar haciendo que miremos para otro lado, desviando nuestra atención, como en el caso de "su" Memória Histórica, donde sólo son víctimas los que murieron en "su" bando. Sumando, claro está, todos los asesinatos y crímenes que se cometieron en la lucha dentro de las propias izquierdas, que fueron muchos; pués lo cierto es que hubo una Guerra Civil dentro de la Guerra Civil, pero entre las mismas izquierdas.

Esperemos que España entera reaccione ante tanta mentira y manipulación.

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