sábado, 12 de julio de 2008

¡No a la Guerra!. Pero, ¿hay alguien que quiera la Guerra?

Realmente, salvo excepciones de ciertos fanatismos, claro está, no me veo a nadie enarbolando la bandera del sí a la guerra. En la sociedad moderna actual, las personas “civilizadas” nos entendemos en base a un diálogo abierto, en el que cada cual expone sus opiniones y se puede debatir. Sometemos a votación a nuestros líderes políticos y gozamos de una relativa libertad.
Pero sucede, que no en todo el mundo ocurre lo mismo; hay multitud de países con dictaduras que someten, torturan y asesinan, la vida carece de valor y sólo el tirano del poder (gracias a los asesinados, reprimidos, comprados, extorsionados o engañados) amasa una fortuna superior a la de su propio pueblo entero, mientras éste se muere de hambre y pasa penurias.

Alguien dijo que la guerra provoca:
Abusos y violaciones de derechos humanos
Sufrimiento y pérdida de vidas humanas
Destrucción de la estructura económica y social
Devastación del medio ambiente

Seguro que no le falta razón pero, algunas dictaduras y fanatismos religiosos, también.
¿Queremos la paz? ¡Defendamos la vida!
Para lograr la paz auténtica y feliz es necesario, según estos imperativos: " defender la vida, cuidar la vida, promover la vida".
“El mal prospera en la medida que tratamos de soportarlo”. Si no hacemos nada, y nos quedamos de brazos cruzados ante los atropellos y abusos cotidianos, nos convertimos en cómplices. Es muy fácil lavarse las manos y decir “ese no es mi problema”, que lo resuelvan ellos. Pero, ¿quién no defendería a un familiar o amigo de una agresión?. O por el contrario, ¿se quedará dialogando con el agresor, intentando convencerle, mientras este apalea a su víctima?.

"Todos los políticos -hasta los más violentos y sanguinarios- hablan de paz. A pesar de ser un anhelo general, con tristeza y hastío no les creemos. ¿Por qué? Porque hay un ligamen íntimo entre la paz y la verdad. No podemos creer a quienes, aunque hablen de paz, lo que aman de veras es el poder, la fuerza del poder y el poder de la fuerza. La paz del poder y de la fuerza es una falsa paz.
No es paz la represión por cualquier medio de aquello que pone en peligro al poder y su ansia de dominio. No es paz ninguno de los frutos de la mentira. No hay paz en la injusticia, porque cuando le quitamos a alguien lo suyo, le forzamos a que se resigne o se contente con una falsedad que le desasosiega y le corroe.
No hay paz en ninguna violencia -sobre todo en la que los fundamentalismos justifican abusando hasta el extremo del nombre de Dios- porque la verdad se ofrece, clara y respetuosa, a la libertad. En ese ofrecimiento, desnudo e indefenso, a la libertad está la marca, el contraste, de la verdadera verdad. Es la mentira la que necesita de la violencia física o de la coacción psíquica."
Texto sacado del Semanario Alba

Tenemos que sentirnos dichosos que estos "amarillentos" y conformistas son la minoría, de lo contrario con sus poco visionarias ideas pacifistas donde NO HAY PAZ, estaríamos al borde de una catástrofe mundial; porque si ellos fueran la mayoría y con esa cobarde e irresponsable actitud, nos harían regresar a los días del holocausto, la esclavitud, la vida de los nómadas, de los parias, de las tinieblas y las plagas de Egipto; todo junto.

El Pacifismo no es ninguna "panacea" que hay que untársela, comérsela, acostarse a dormir y esperar al día siguiente, todo resuelto y todo el mundo contento. Si queremos la paz, tendremos que estar preparados para la guerra, que es hoy la única forma de preservarla, porque siempre habrá malvados y desquiciados mentales que querrán arrebatárnosla, aprovechando la debilidad que estas buenas comodidades traen y que solo se consiguen con Libertad; porque no nos engañemos los guerrilleros, terroristas y tiranos, tienen mas agallas en hacernos la vida imposible que nosotros defender nuestro sistema de vida, del cual tan enamorados, apegados y acostumbrados estamos. Estas mismas comodidades engendran pacifistas como estos, pariendo esta debilidad, en la cual ellos se amparan, por el pánico atroz de perderlo todo, porque no hay convicción ni decisión para defender lo que deseamos y tanto nos gusta; y así, dando la espalda a lo que aman, se desvelan porque hay otros que les sacan las castañas del fuego para no perder las comodidades en que viven y después se les echa la culpa por haberlos rescatado usando la fuerza. ESO SE LLAMA COMODIDAD Y COBARDÍA.

Si todos actuáramos tan irresponsablemente como estos libertarios que solo aman su libertad, estaríamos llevando a la deriva la civilización, que tantos siglos ha costado construir, entregándola a las manos de los tiranos y déspotas del mundo; ya que ellos como rabiosos criminales que son, no pueden entender otra cosa que no sea la fuerza bruta; y es nuestra obligación no olvidarnos de defender ésta al momento, necesaria y oportunamente.
Adaptación de un texto de Mario Secoff.

"La Paz es orden. Sin orden no es posible la paz."
"La Paz no reina donde impera la violencia."
"La Paz exige como valor y condición la primacía de la vida."

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